“Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.”
En sus manos, un conjunto de lencería. Desde que supo la noticia no había vuelto a verle. Le dio largas durante semanas. Hoy sería el día.
Cuando le vio sonriendo , con una rosa en las manos, temió su reacción por encontrarla tan cambiada.
-Te sienta muy bien el pelo a lo garÇon y no estás tan delgada como me has dicho por teléfono. Mujer, habérmelo contado. Ahora no volveré a consentir que te vayas. Déjame estar a tu lado y pronto olvidaras lo sufrido.- Aceptó la flor colocándola entre sus senos y le devolvió la sonrisa.