Humor, amor y jamón.Tribulaciones de un loco sin atar.

          Te queremos matar, Madre Tierra, pero tú y tu naturaleza, nos avisáis de que la batalla es difícil y que seremos nosotros, la raza humana, los perdedores finales en tan injusta e inútil cruzada.

          El planeta que habitamos y que nos ha arropado maternalmente, durante siglos, ahora se revela contra nosotros.

          La tierra es un pequeño astro que pertenece a un pequeño sistema solar que a su vez pertenece a una pequeña galaxia. Eso sí, en la tierra habita el ser mas importante del universo: el grandioso Ser Humano. Esta idea es la que nos hace creernos por encima de todo lo existente. Qué equivocados que estamos. Justificamos el daño que le hacemos a nuestra morada global con el desarrollo y la civilización. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que hace más de medio siglo que nuestra pretendida evolución ha cogido un camino equivocado?. Nuestros ríos y mares tienen una salud precaria. Nuestras zonas forestales están cada vez más castigadas. Como consecuencia, el clima de nuestro pequeñísimo y frágil planeta,está cambiando.

          No se trata de alarmismo ni exageraciones gratuitas, basta con preguntar a la gente del campo y de la mar, ellos de manera sencilla, lo pueden confirmar.

          ¿Hasta dónde queremos llegar?. Muy sencillo: no lo sabemos, ni nos importa, ni nos pondremos de acuerdo, ni tenemos poder sobre lo que ocurrirá. La inercia adquirida, los intereses creados y por fin la inconsciencia humana harán que, poco a poco, nuestra vida en armonía con la tierra vea su fin próximamente.

          Claro, que nosotros no seremos testigos directos, pero pensemos quienes podrán vivir en condiciones extremas. ¿Los nietos de nuestros hijos? Pues es probable que sí. Hay que tener en cuenta lo que se ha degradado nuestro hábitat en los últimos cien años. Con esta carrera que llevamos,la previsión parece hasta benévola.

          No pensemos que va a ser el planeta el que se destruya. Por suerte la naturaleza tienes sus armas y será ella la que se libre del virus que se le ha instalado encima. Una vez liberada, ella misma se recuperará. Pero la grande y todopoderosa Raza Humana, habrá desaparecido del, hasta hace poco, agradable y benigno globo terráqueo.

          Los ingeniosos planes del omnipotente hombre son contaminar marte para crear en él un efecto invernadero que haga posible una atmósfera respirable en el planeta vecino. Buen comienzo y buena idea para presentar a Marte nuestras intenciones. !A ver si te atreves con nosotros¡ Qué empiece la batalla. Qué no aprendemos ni aprenderemos, ni evolucionamos ni evolucionaremos.

          Perdónanos, Madre, estos, tus últimos habitantes, hemos sido contigo tus peores hijos. No seas muy cruel con nuestra descendencia, pero defiéndete y sal victoriosa. Que no se diga que te venció la Raza Humana y su insuperable inteligencia.