27 diciembre 2022
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Pese al tiempo
Desde aquel camino,
todavía lejano,
la luz del pueblo al que me dirigía
me sirve para medir la distancia.
Mientras avanzo, creo adivinar
que ha de ser un mirador
asomado a la dehesa
con sus farolas enhiestas.
Quedaban horas para terminar,
ya corriendo el crepúsculo,
en Monterrubio.
Andar a esas horas es crecer.
¡Qué noche tan larga y sola!
Entonces, la ligera luz tristona
de aquella pequeña aldea
de pasado maldito
me atrae más que el reflejo
del cercano Belalcázar.
Vuelvo constantemente
la vista hacia Puerto Hurraco.
Un pájaro aflautado es melodía
mientras, de noche, agosto me protege.
Es cuando cada estrofa melancólica
de un mirlo acaba en una nota aguda.
Córdoba 26/11/2022